Gran diversidad
El parque, cuya superficie es de tan solo 137 km2, se divide en tres zonas de vegetación diferentes. En primer lugar, el monte Meru: los días claros, las vistas del volcán – a 4565 metros de altitud, es uno de los más altos de África ─ son realmente impresionantes. Sus verdes laderas dominan la sabana y en ellas habitan numerosos monos, leopardos y aves rapaces. La segunda zona está compuesta por los lagos Momela, donde se concentran los flamencos rosas y otras aves acuáticas. A las orillas de los lagos acuden a pastar muchas especies de antílopes, jirafas y cebras. El cráter Ngurdoto completa las tres zonas. La parte inferior de este cinturón de tres kilómetros de ancho, que sobresale en el paisaje, está 100 metros por debajo del resto del parque y se compone principalmente de bosques y marismas. Es el hábitat preferido por las manadas de búfalos y facoceros comunes. Como su paisaje es muy variado, podrá tachar de su lista en un día muchos de los animales que hay que ver.
Apartado de las carreteras
Aunque está muy cerca de dos aeropuertos (Kilimanjaro y Arusha), el Parque Nacional Arusha es una de las reservas naturales de la zona que menos visitas recibe. Esto se debe principalmente a la popularidad de otros parques más grandes de la parte oriental de África. Además, en Arusha no hay leones y es muy difícil ver elefantes. Estas «taras» están más que compensadas por una serie de actividades y puntos de interés menos conocidos. Podrá elegir entre un safari a pie o en jeep, o incluso reservar un safari en canoa, único en Tanzania.